15.7.05

 

ESPACIO, ESTRUCTURA Y SOCIEDAD

por Ernesto Guhl

La escala sobre la cual se miden todas las cosas es el hombre y, a su vez, el hombre no se puede separar del espacio; así, el tema nuestro es el espacio, su estructura en cuanto se refiere al análisis espacial, y luego éste referido al hombre y a la sociedad, de manera que el enfoque del tema es diferente. Los historiadores buscan interpretar la historia mientras que en. nuestro caso la hacemos. Esa no es una pretensión sino una realidad de la sociedad activa. ¿Y dónde hacemos la historia? Pues nada menos que en la Universidad Nacional. Se habla de la clasificación de estratos y estatus de la sociedad y en este orden, en esa clasificación, ocupamos hoy un estrato y un estatus muy bajos y es tarea nuestra, la de los profesores, cambiar esto, cambiar también la sociedad, el país en el orden intelectual y cultural. Por eso digo yo que estamos haciendo historia. Otros también hacen historia (y no se entienda mal): los guerrilleros hacen historia, la clase dirigente hace historia; en todas las regiones donde vive el hombre se hace historia. Y en la universidad la cátedra es teórico-práctica. ¿Qué quiere decir esto? La práctica se refiere a la formación integral del individuo en el pregrado. El considerar las cifras de un censo del siglo XVIII en el que se trata de hombres "libres", "blancos" y "esclavos", nos pone a pensar que hoy tenemos más esclavos que antes, por lo menos numéricamente, y ¿esto por qué? Por la falta de formación humanística. Cada vez que entro a la Universidad Nacional por la calle 45, a la entrada al Museo de Bellas Artes veo un monumento, una estatua horrible, por cierto, de cuatro hombres sin cabeza, o más exactamente con cabezas reducidas, figuras negras, no racialmente sino espiritualmente, pero la gente no las mira por no verse allí retratada. Pienso que este es el símbolo más actualizado del momento en que vivimos, pues pensar en el orden humanístico es un problema difícil. Es más fácil mirar en la televisión el mundial de fútbol que sentarse a pensar en cómo formar la gene en nuestra universidad. Quizás estemos creando excelentes profesionales que los domingos van a correr y saltar, pero dudo que piensen en cosas diferentes de su profesión o de fórmulas técnicas.

Esto nos ha llevado a producir un antagonismo entre las llamadas ciencias exactas y naturales y las ciencias humanas y sociales; pero este antagonismo hay que reducirlo hasta acabarlo, si las sociedades quieren prosperar humanamente. Las ciencias humanas también son exactas y deben serlo.

Empiezo por preguntar, ¿la ciencia para qué? La ciencia no es una torre de marfil, no es una afición; la ciencia tiene una obligación con la sociedad.

A veces leemos en la cátedra de geografía humana la obra Galileo Galilei de Bertolt Brecht, no tanto porque Galileo aceptara la nueva visión cósmica de Copérnico, sino porque como pensador y humanista rompió radicalmente con los tradicionales preconceptos del pensamiento de su época, mientras que Copérnico y sus contemporáneos, no obstante sus revolucionarios resultados científicos, seguían siendo hombres de la tardía Edad Media en su forma de pensar.

Y no solamente nos ocupamos de la vida de Galileo sino también del poeta y pensador Bertolt Brecht, quien buscó motivos a través de la historia en los cuales se pudieran representar simbólicamente los grandes acontecimientos sociales, económicos y políticos de su época (y de todas las épocas hasta el presente) y a la vez resaltó los verdaderos valores humanos, indagando caminos para salir de la tragedia. Durante la Segunda Guerra Mundial trabajó Brecht en su obra La vida de Galilei, hasta cuando la publicó a raíz de la caída de la bomba atómica sobre Hiroshima. Esta es una lectura obligatoria en nuestros cursos de geografía humana, siempre que haya estudiantes capaces de comprenderla, situación que se torna cada año más crítica.

Y sin esta base de humanismo, la dignidad espiritual del hombre, ni entenderemos ni podremos hacer geografía humana. Brecht hace decir a Galileo: "Yo entiendo que la finalidad verdadera de las ciencias consiste en aliviar la difícil existencia del hombre".

Para lograr una verdadera comunidad humana dentro de sus límites espaciales se debe despertar ante todo la conciencia humana, luchar contra el hambre, contra la ignorancia cultural y la miseria ética, salvando al hombre de la masificación amorfa que atenta contra la dignidad humana. Con el dinero no se vence el subdesarrollo y el estancamiento de las comunidades, si al mismo tiempo no se acaba con el foco nefasto de una malsana masificación urbana con actitudes antisociales.

El concepto básico respecto a la finalidad de la ciencia geográfica consiste en cada caso si se puede y debe ser atendido por especialistas en la materia respectiva. Pero la importancia y las consecuencias del problema propiamente dicho sobre una región determinada, no se logra a través de la representación cronológica de ésta, sino únicamente mediante la visión de conjunto y la interdependencia de las interacciones de un número de factores con base en una metodología conceptual-universal de la geografía. que analiza la influencia de los elementos naturales y sociales sobre el proceso de desarrollo o estancamiento social y económico, lográndose como finalidad la síntesis que nos presenta el conjunto espacial-regional.

¿Cuál puede ser el destino del hombre en los trópicos?

Escritos geográficos:
Las fronteras políticas y los límites naturales
por Ernesto Guhl


Comments: Publicar un comentario

<< Home